martes, 29 de abril de 2014

Joaquín Arzura

El torneo final argentino 2014 está a punto de llegar a su final, con un desenlace que promete emociones fuertes. En un campeonato al que aquí hemos dado amplia cobertura, fijándonos en equipos como Colón de Santa Fe, tanto la parte alta como las últimas posiciones de la clasificación, están comprimidas al máximo. Por arriba, hasta cinco equipos andan en una orquilla de cuatros puntos, con posibilidad de que el título conozca un nuevo destino, si es Gimnasia de La Plata, líder actual, o Godoy Cruz, segundo, los que consiguen salir campeones. Por abajo, un buen ramillete de equipos andan a vueltas con los complejos promedios, para evitar el descenso a la B Nacional. Uno de esos equipos es Tigre, en el cual nos vamos a detener para analizar a uno de sus jugadores con más proyección. Os presentamos a Joaquín Arzura, 18 de Mayo de 1993, Buenos Aires, Argentina).

Joaquín Arzura comenzó a darle patadas a un balón en el modesto Villa Dálmine, donde permaneció 7 años. A la edad de 14 realizó una prueba con Tigre, la cual pasó satisfactoriamente para los técnicos, por lo que se quedó. Su debut en el primer equipo llegó a finales de 2011, aunque no fue hasta el pasado Torneo Inicial cuando comenzó a hacerse un fijo en el ‘matador’. En el actual campeonato es un fijo en los esquemas del técnico Fabián Alegre, así como una de las joyas del club de Victoria, que recientemente le renovó su contrato hasta Junio de 2016.

¿Cómo juega Joaquín Arzura?

Joaquín Arzura es mediocentro diestro de carácter defensivo, que a simple vista no llama la atención por su presencia física, apenas 1,70 metros de altura y sin una gran masa corporal, pero que, sin embargo, basa una gran parte de su juego en un despliegue físico notable. Posee una gran resistencia en el esfuerzo, lo que le lleva a acabar muy entero los encuentros y parecer por momentos omnipresente, devorando una amplísima cantidad de kilómetros durante cada partido. Su falta de corpulencia tampoco es óbice para que vaya con decisión y contundencia al cruce, sin amilanarse en ningún momento en el cuerpo a cuerpo y saliendo vencedor en un alto porcentaje de ocasiones.

Tácticamente muy inteligente, sabe posicionarse, el momento en el que debe tomarse una mayor libertad o hacia donde tiene que bascular en cada instante, manteniendo una gran orientación. Alegre le suele utilizar en un doble pivote, donde le encomienda la función de contrarrestar la creación rival, aunque también se le ha visto en bastantes ocasiones partiendo en una línea de tres mediocentros, escorado ligeramente hacia la derecha, para ayudar en la salida al lateral y también desprenderse hacia el ataque desde ese sector. Es habitual verle desplazarse hasta la última línea para prestar continuas ayudas, en especial coberturas a los laterales. La anticipación, y una lectura del juego muy pulcra, son sus otras virtudes como pivote destructor.

Apoyo en fase defensiva al lateral, realizando un dos contra uno
Técnicamente correcto. No es común que se complique más de la cuenta con el balón en los pies. Corta y toca rápido con criterio al compañero mejor posicionado, aunque si lo ve claro, tampoco duda en marcharse al ataque mediante una cabalgada con el balón controlado en carrera, algo que no se le da nada mal. Su facilidad para ofrecerse y deshacerse de la pelota con rapidez y acierto, desahoga y otorga una gran fluidez a su equipo. Temperamental y de fuerte carácter, esto le hace que juegue siempre a mil revoluciones, aunque a la vez es capaz de tener esa décima de pausa para jugar con sentido, lo que le hace ser un jugador muy fiable.

Internacional sub-18 y sub-20 con la albiceleste, a sus 20 años es un jugador muy maduro y cuya proyección es realmente grande, que compite como si fuera un veterano curtido en mil batallas, y que no para de crecer y ganar en experiencia con la continuidad que se está ganando a pulso en Tigre, siendo uno de los jugadores más destacados en este Torneo, y demostrando que no le pesa la responsabilidad al ser uno de los fijos de un equipo que se está jugando su supervivencia en la máxima categoría.

Vídeo-seguimiento:

miércoles, 23 de abril de 2014

Lucas Romero

La continuidad es una virtud que cada vez escasea con mayor frecuencia en el mundo del fútbol. Si nos fijamos en el fútbol argentino, la situación se acentúa. Los campeonatos cortos propician que los proyectos a largo plazo brillen por su ausencia. Como en toda regla, hay una excepción, y esta se llama Vélez Sarsfield. Ricardo Gareca gozó de la confianza de la dirigencia del ‘fortín’, y los resultados hablan por sí solos: 4 campeonatos locales, una semifinal de Libertadores, y un subcampeonato de Copa Sudamericana. Además, en este tiempo Vélez se ha caracterizado por ser uno de los equipos más serios del balompié argentino. Tras la marcha de Gareca, el club ha decidido apostar por su mano derecha, el ‘Turu’ Flores, pretendiendo dar continuidad al proyecto. La cantera cuenta con un papel principal en el Vélez actual, y en ella nos vamos a fijar. Hoy os presentamos a Lucas Daniel Romero, un jugador que a sus 20 años recién cumplidos, (18 de Abril de 1994), se ha hecho dueño y señor de la medular de Vélez.

La historia de Lucas Romero nace en la humilde localidad de Loma Hermosa, situada situada al noroeste de Buenos Aires. Allí, con apenas 3 años, empieza a jugar para el club Punto de Encuentro, con chicos que casi le doblaban la edad. Con 7 años tuvo la oportunidad que a la postre le cambiaría la vida. Pudo probarse en Vélez, de donde no se ha movido hasta hoy, pasando por todas las categorías inferiores de la institución de Liniers. Su debut con el primer equipo llegaría en el Torneo Inicial 2012, entrando como suplente en un partido en el que Vélez empataría (0-0) frente a Estudiantes de la Plata. A la semana siguiente le tocaría estrenarse como titular, nada más y nada menos que frente a River Plate, en un choque en el que dio buena muestra de su aptitud para saber soportar la presión. Internacional en categorías menores con Argentina, disputó el Sudamericano sub-20 en 2012, en la que la albiceleste fue anfitriona.

Lucas Romero es un mediocentro diestro, de poca estatura, apenas 1,72 metros de altura, pero fuerte y potente, lo que le hace ir al choque frente al rival con posibilidades de salir vencedor. ‘Turu’ Flores lo sitúa en un doble pivote -esquema 4-4-2-, donde su función principal consiste en la recuperación y salida sencilla de la pelota. Sin embargo, también puede actuar como pivote único, por delante de la línea defensiva. Es rápido, sabe leer el juego y tiene una muy buena capacidad de anticipación, lo que le lleva a ser muy eficaz en el robo. Con calidad para combinar y asociarse, con frecuencia es el elegido para dar comienzo a la jugada. Toca rápido, empleando apoyos de uno o dos toques que otorgan una gran fluidez al juego. En desplazamientos largos, sus cambios de sentido proporcionan mucho oxígeno al equipo. Dinámico, intenso, muy metido en el partido en todo momento, se hace grande en la zona ancha,  realizando un considerable despliegue físico que se convierte en fundamental para que Vélez ejerza una presión alta a la salida rival. No aparece demasiado por el área rival, aunque tiene un poderoso disparo desde media distancia.

En el torneo que aún se está disputando, y en el que Velez anda lejos de la cabeza, Lucas Romero está siendo una de las piezas claves en el esquema de Flores, erigiéndose como uno de los jugadores más regulares del equipo de Liniers y rindiendo a gran nivel, esto hace que con casi toda posibilidad se le vayan a presentar oportunidades en los próximos meses para embarcar a Europa, pero, de momento, Vélez lo tiene bien atado, ya que le firmó un contrato que une a ambas partes hasta el año 2016. Mientras, ‘el negro’, como también le conocen, sigue creciendo a pasos agigantados partido tras partido, mirando de reojo al sueño de ser internacional con la selección absoluta.

miércoles, 9 de abril de 2014

Colón de Santa Fe, un equipo, una idea

En más de una ocasión hemos recalcado en este blog la igualdad reinante en el balompié argentino. Este aspecto propicia que un equipo que esté peleando por no descender, intentando alcanzar un promedio que le permita continuar en Primera, a su vez se vea en lo más alto de la tabla y quién sabe si con posibilidades de estar ahí hasta el final del torneo. Ese conjunto es Colón de Santa Fe, un club con numerosos agobios económicos y administrativos, que le han hecho apretarse el cinturón, tirar de cantera y tener muy claro que el trabajo y el remar todos en la misma dirección es la única solución para solucionar sus problemas.


Colón venía de quedar colista en el último torneo. Apenas consiguió 6 puntos en 19 jornadas, dejando una imagen pobrísima y complicando seriamente sus opciones de permanencia en la máxima categoría del fútbol argentino. Para el presente campeonato, el técnico Diego Osella se hizo cargo del equipo, y el cambio, tanto en el aspecto, como en los resultados, no ha podido ser más radical.

¿Cómo juega Colón?

Colón es la representación de una idea tan añeja como efectiva: pelear cada balón como si se tratase del último. A partir de aquí, la escuadra santafesina origina un bloque muy compacto, creado de atrás hacia delante y que tiene su base en un entramado defensivo sólido y correoso. Osella apuesta sobre el papel por un 4-4-2, que en principio parece muy definido, pero que en grandes tramos del partido se convierte en un 4-5-1, con uno de los puntas escorado al perfil izquierdo y el teórico extremo de esa parcela insertado hacia el medio, acompañando a los dos volantes centrales.

Todos defienden. Y cuando decimos todos son todos. El delantero centro -por momentos muy alejado del resto de compañeros-, es el primer defensor, ejerciendo una presión a la línea defensiva rival para la que no escatima en esfuerzos. Este despliegue físico se extiende a todo el grupo, lo que hace que Colón haga de cada partido una lucha muy intensa en todo momento. Trata de no dejar huecos, el oponente apenas encontrará fisuras en una estructura en la que existe una solidaridad muy destacable, donde brillan los apoyos y las ayudas en cualquier sector del terreno del juego.

Repliegue tras pérdida
En la medular encontramos a dos pivotes cuya misión principal es la de recuperar. Y lo ejecutan a la perfección. Corren, presionan, roban y tratan de tocar con criterio, pese a que ninguno de ellos tiene entre sus mayores virtudes la de organizar el juego. Su desarrollo físico y táctico roza la perfección. Por momentos parecen multiplicarse, y los auxilios en fase defensiva suponen un sustento crucial para el estilo de juego de Colón.

Una vez que Colón es dueño de la posesión, la idea es clara: atacar utilizando la velocidad y verticalidad de su extremo derecho y del delantero incrustado como falso extremo izquierdo, acompañando al '9'. Ellos tres son los encargados de pisar área rival, ya que los mediocentros no se caracterizan por su llegada desde segunda línea. Los ataques suelen ser directos y vertiginosos. Al ‘sabalero’ no le preocupa que el rival le supere ampliamente en la tenencia de la pelota durante la mayor parte del partido. Su arma es el contraataque, golpes rápidos y a poder ser certeros.

Despliegue ofensivo


Colón, uno por uno

Germán Montoya (23-1-1983)

Experiencia bajo palos. Montoya aúna seguridad, buenos reflejos y jerarquía cuando tiene que abandonar la portería. Cumplidor en el juego aéreo. No es un portero de paradas espectaculares, pero sí un guardameta sobrio y regular. Es habitual verle dar órdenes a su defensa para mantenerla siempre alerta.

Luis Leandro Castillo (12-2-1991)

La lesión de Maximiliano Caire le ha abierto las puertas de la titularidad en el lateral derecho, y bien que lo está aprovechando. Destaca su buen equilibrio defensa – ataque, y es que aunque los laterales de este Colón no están llamados a realizar una función preponderante en ataque, Castillo recorre el lateral hasta llegar a posiciones ofensivas en cuanto tiene ocasión. De buen físico, es disciplinado tácticamente y no suele pasar apuros en defensa.

Gerardo Alcoba (25-11-1984)

El líder de la zaga santafesina. Alcoba es un defensor central diestro, de notable talla física, fuerte y poderoso en el juego por alto. Con un alto porcentaje de acierto en el corte, siempre está atento para anticiparse al delantero y abortar el ataque rival. Se maneja bien en los desplazamientos laterales y su experiencia y capacidad de mando le hace ser el jefe de la retaguardia. Suple la falta de velocidad con un correcto posicionamiento.

Lucas Landa (3-4-1986)

Acompañante ideal de Alcoba. No es un defensor de gran corpulencia, de hecho es más bien bajito para la posición que desempeña, pero esto no le impide cumplir a la perfección. Va bien al corte y en la anticipación, y tiene muy buena lectura, sabiendo guardar la posición y quedarse cuando su compañero es el que sale en busca del delantero. Aceptable manejo de la pelota, complicándose lo menos posible.

Mariano Ezequiel Bíttolo (24-4-1990)

Una de las gratas apariciones de Colón en los últimos meses. Bíttolo es un lateral izquierdo de físico medio, que maneja bien la pelota y que siempre que puede trata dar una buena salida de balón por su sector, e incluso aparecer por posiciones más adelantadas, aunque las órdenes de Orsella y la disposición del equipo le hacen que anteponga la seguridad defensiva y se controle en sus incorporaciones. Apunta un margen de mejora interesante.

Ezequiel Videla (15-1-1988)

La prolongación del técnico en el terreno de juego. Mediocentro diestro que no destaca por su físico, no es alto y tampoco fuerte, pero ello no es óbice para que haga un despliegue físico brutal durante los 90 minutos. Corta, presiona, las pelea todas, roba multitud de balones e intenta no complicarse en la entrega. Su trabajo y carácter son fundamentales en este Colón.

César Meli (20-6-1992)

Uno de los valores al alza de Colón. Acompañante de Videla en el doble pivote, no es especialmente espigado, pero sí fuerte y con un tren inferior bastante poderoso. Trabajador y con buena capacidad de recuperación, no se ahorra ningún esfuerzo, realiza un derroche físico considerable y no rehúye nunca el cuerpo a cuerpo. Va bien tanto al corte como en la anticipación. No es un prodigio técnico, pero sí tiene un buen manejo de balón, que le permite combinar con criterio. En ocasiones juega a demasiadas revoluciones, lo que le lleva a errar en la toma de decisiones. Tiene un amplio recorrido, por lo que si es capaz de sumar llegada a portería rival, puede hacerse un centrocampista muy completo.

Gabriel Maximiliano Graciani (28-11-1993)

Probablemente sea la joya del actual Colón. Extremo diestro de buenas cualidades físicas, fuerte, más potente que rápido, aunque difícil de parar en carrera, y con amplia zancada. Tiene habilidad para salir del uno contra uno mediante el regate y, sobre todo, una verticalidad que le hace especial, que le gusta pisar área de forma permanente y posee facilidad para ver portería. A estas virtudes individuales, está sumando cualidades que le están haciendo crecer mucho como jugador, como son el trabajo, el poner su potencial al servicio del equipo, y una buena dosis de sacrificio. Ayuda al lateral cuando es preciso y presiona para ahogar la salida rival por su zona.

Jacobo Guillermo Mansilla (15-6-1987)

En principio parte como extremo izquierdo, aunque durante gran parte del partido se incluye entre los mediocentros, para formar una línea de tres que hace más fuerte a la zona ancha de Colón. Inteligente tácticamente, es trabajador y ayuda tanto a los pivotes como al lateral zurdo. Posee buen manejo de balón y centro al área, que pone en práctica en bastantes ocasiones para buscar por alto al delantero.

Carlos Martín Luque (1-3-1993)

Atacante zurdo que puede desenvolverse en un doble ‘9’, aunque en este Colón hace un movimiento sumamente interesante, escorándose hacia la banda izquierda, lo que le permite varias cosas. En primer lugar escapar del foco de atención de los centrales. En segundo, que el extremo se convierta en volante y dar mayor consistencia al medio, y tercero, y no menos importante, realizar continuas diagonales partiendo desde el costado y buscando el carril central con una gran rapidez y verticalidad. Posee una enorme punta de velocidad y explosividad en cada acción, a lo que suma muy buen desborde en el uno contra uno, especialmente saliendo por dentro, y atreviéndose incluso cuando tiene ante él a varios defensores. Se maneja muy bien cuando surgen espacios, por lo que el estilo contragolpeador de Colón le viene como anillo al dedo a sus características. Una de sus jugadas predilectas es arrancar desde banda con la pelota controlada, apoyarse y salir buscando el desmarque al espacio esperando la pared.

Lucas Alario (8-10-1992)

Apenas 21 años y hechuras de jugador curtido en mil batallas. Alario es un delantero centro diestro, que no es especialmente alto (1,80), y que aún tiene que ganar en volumen y potencia muscular, pero que sin embargo se apoya mucho en su físico para desplegar su fútbol, destacando en el juego de espaldas, demostrando habilidad para meter el cuerpo y ganar la posición. Esto hace que Colón recurra con frecuencia a la salida en largo, para que él la luche, la baje, la aguante y busque descargar con criterio, desahogando así al equipo del sometimiento rival. Es el primer defensor de Colón, realiza una gran presión a toda la línea defensiva contraria. En muchos tramos de partido está excesivamente aislado, lo que hace que tenga que buscar la acción individual, aspecto en el que no luce tanto, lo que le conduce a tener que retrasarse con asiduidad para entrar más en juego. Buenos movimientos en el área, no se piensa el disparo en cuanto encuentra la posibilidad.


‘El cementerio de los elefantes’, como se conoce al estadio de Colón, se está convirtiendo en una fiesta en cada encuentro del conjunto de Santa Fe, gracias a la entrega y trabajo de este grupo de jugadores, que pelean con todas sus energías para que Colón siga en la élite del fútbol argentino, y, a la misma vez, sin renunciar a nada, demostrando una vez más que con ilusión y empeño, todo se puede. 

miércoles, 2 de abril de 2014

Marcel Ritzmaier

En la Eredivisie es habitual que los grandes abastezcan al resto de equipos, tanto de la máxima categoría como de la Eerste Divisie, la segunda división del fútbol holandés. Es muy común que clubes como Ajax, Feyenoord o PSV, tengan un buen número de canteranos repartidos por todo el país, a los que brindan la posibilidad de tener continuidad y foguearse, con el fin de volver si el rendimiento ha sido óptimo. Uno de estos modestos conjuntos, el SC Cambuur, ha aprovechado este tipo de acuerdos para hacerse con la cesión de varios futbolistas jóvenes de bastante proyección, lo que le está ayudando de manera notoria a realizar una campaña muy loable que le está permitiendo estar lejos de los puestos de descensos tras conseguir el regreso a la Eredivisie la pasada campaña. Sin más dilación, nos centramos en Marcel Ritzmaier, 20 años, (22 de Abril de 1993, Knittelfeld, Austria), una de las gratas sorpresas en este curso balompédico en Holanda.

El libro futbolístico de Marcel Ritzmaier comenzó a escribirse con apenas 4 años. Por entonces jugaba para el humilde TuS Spielberg, donde pasó dos temporadas antes de marcharse al SV Lobmingtal. La siguiente parada en su formación sería el FC Judenburg. Aquí permaneció otros dos años, en los que le dio tiempo a jugar con el equipo reserva e incluso a hacer su debut en la Bundesliga austriaca frente al Rapid de Viena. A principios de 2010 el PSV puso sus ojos en él para incorporarlo a su cantera, ofreciéndole un contrato de un par de temporadas, pero solo un año más tarde los de Eindhoven ya consideraron alargar esa unión. En la presente temporada Ritzmaier iba a formar parte del equipo reservas del PSV, donde jugó la primera jornada, pero el club decidió cederle a un Primera con el fin de que ganara experiencia y continuidad en la máxima categoría. Su destino fue el SC Cambuur, donde se ha convertido en un fijo en las alineaciones del técnico Dwight Lodeweges desde que aterrizara en Leeuwarden.

Ritzmaier es un centrocampista zurdo, que actúa como interior por la izquierda en un dibujo de 4-3-3. De físico medio, 1,80 metros de altura y sin demasiado músculo, abarca bastante espacio en la medular debido a su movilidad y dinamismo. Destaca su buen manejo de balón, su refinada técnica individual y una amplia gama de recursos para el regate. Se asocia con frecuencia y tiene capacidad para asistir, aunque apenas aparece por la base de la jugada, sino escorado con frecuencia y de manera sutil hacia el perfil izquierdo. Muy hábil para encontrar espacios y lanzar desmarques profundos, posee una exponencial llegada al área rival desde segunda línea. Su buen golpeo hace que sea un habitual en los lanzamientos de saques de esquina y faltas, tanto directas como buscando el centro al área. El ser un jugador puramente creativo, hace que en ocasiones se olvide de aportar un mayor sacrificio en labores defensivas, por lo que tiene que aumentar su capacidad de trabajo en ayudas al mediocentro y por momentos también al lateral.

Marcel Ritzmaier es un habitual de las categorías inferiores de Austria, siendo internacional sub-16, sub-17, sub-18, sub-19 y actualmente yendo con la sub-21, con la que ya ha disputado 9 partidos y anotado 3 goles. Precisamente 3 tantos, además de 5 asistencias, son sus números esta temporada en el SC Cambuur, disputando 26 de las 29 jornadas que se llevan transcurridas, todas ellas como titular. Con contrato en vigor con el PSV hasta 2018, los últimos rumores dicen que ampliará su matrimonio con el club del Philips Stadion, siendo más que probable que pase a formar parte del primer equipo la próxima temporada.